Prueba Audi RS Q3 Sportback 2022: un SUV de admiración

¡Cómo corre, cómo va y cómo suena!

Si comes una exquisitez, ¿por qué no saborearla una vez más? A grandes rasgos, eso es lo que me ha sucedido con el Audi RS Q3 Sportback 2022, pues hace unos meses también tuve la fortuna de realizar la prueba de su ‘hermano’, el RS Q3. 

Desde luego, por fisonomía, esta carrocería compacta de corte coupé, con 4,50 metros de longitud, pide a gritos una variante de altas prestaciones y si eres de todo menos discreto, deberías elegirla con el color Verde Kyalami (510 euros), porque vas a acaparar miradas todos los días.  

Claro esta, la opción Sportback es más emotiva que la RS Q3 estándar y eso también se nota en el apartado práctico. Las plazas traseras no son tan espaciosas y se pierden centímetros tanto para las piernas como para las cabezas, de tal modo que los más altos tendremos que viajar delante sí o sí. 

A cambio, se pueden seguir regulando los asientos posteriores de manera longitudinal (13,0 centímetros) y el maletero no pierde capacidad respecto al de su hermano. Así las cosas, mantiene los 530 litros como mínimo. Eso sí, si los abatimos, quedan 1.400 litros, 125 menos que en el RS Q3 por motivos de diseño. No pega mucho el coche en Ikea, pero podrás ir allí a meter algún que otro mueble voluminoso o alargado.

Por dar un par de pinceladas en el apartado del diseño, el Audi RS Q3 Sportback luce muchos componentes en color negro, incluidas las llantas opcionales de 21 pulgadas con cinco radios en V, que van con neumáticos 255/35 y cuestan 1.255 euros. 

Detrás de las delanteras, se pueden esconder parcialmente discos de freno carbocerámicos, que cuestan la friolera de 6.915 euros y están pensados para aquellos que vayan a ‘castigar’ al coche habitualmente en circuitos de velocidad.

Nuestra unidad de pruebas no montaba esta opción, sino el equipo de serie, conformado por discos delanteros ventilados y perforados, con 375 milímetros de diámetro, y pinzas de seis pistones, más discos traseros macizos de 310 milímetros. Su rendimiento es realmente bueno, más que suficiente para poder apurar en puertos de montaña con tráfico.

En cuanto al interior, no falta la instrumentación digital Audi virtual cockpit plus, con pantalla de 12,3 pulgadas, en la que puede aparecer destacado el tacómetro, como mandan los cánones de la deportividad.

Por su parte, el monitor central MMI Touch mide 10,1 pulgadas y está orientado hacia el conductor. Debajo de él se encuentran el climatizador automático bizona con diales giratorios convencionales y varias teclas, incluidas las de los programas de conducción Audi drive select y el ESP off.

Estos modos de manejo son efficiency, comfort, auto y dinamic, más otros dos plenamente configurables, RS1 y RS2, que se pueden seleccionar directamente a través de un botón ubicado en el volante achatado por la parte inferior, al que te tienes que acostumbrar a la hora de aparcar. 

Opcionalmente, nuestra unidad de pruebas contaba con los asientos delanteros deportivos RS (2.095 euros), con reposacabezas integrados, regulación eléctrica y calefactables. Sujetan bastante bien la parte baja del tronco sin tener la sensación de estar atrapado en ellos.

El equipo multimedia de fábrica, el Audi smartphone interface, resulta compatible con Android Auto y Apple CarPlay y además los ocupantes disfrutarán de un equipo de sonido con nada menos que diez altavoces.

Como serás un buen aficionado a los coches, seguro que sabes que el componente más especial de este todocamino es el motor. No en vano, es el único bloque de cinco cilindros en línea que sobrevive actualmente en el mercado.

Este 2.5 TFSI no solo otorga 400 CV sino que lo hace entre 5.850 y 7.000 rpm. Sí, estira mucho más que un propulsor turbo de cuatro cilindros y además presenta un generoso par motor de 480 Nm con una curva plana entre 1.950 y 5.850 vueltas, nada menos.

Por debajo de las 2.000 rpm puede pasar por una mecánica más o menos convencional, pero a partir de ahí el empuje es sensacional, incluso soberbio cuanto más elevado sea el régimen. Las prestaciones no engañan: 4,5 segundos para pasar de 0 a 100 km/h y, obviamente, 250 km/h de punta autolimitada (280 km/h si pagas 2.095 euros).

Este rendimiento de campanillas viene acompañado por un sonido adictivo, fruto de un escape deportivo (1.395 euros), que permite modular esa sonoridad a través de tres programas: Discreto, Automático y Destacado. Con este último, aun en aceleraciones normales, vas a dar algún que otro susto por la calle a los peatones despistados. 

Como es de esperar, este SUV solo está disponible con la transmisión automática de la casa, es decir, la de doble embrague S tronic de siete velocidades. Con el modo D, es difícil realizar una conducción deportiva pues siempre intenta meter la marcha más larga posible con el fin de contener el consumo. 

Para sacar lo mejor del motor, sin duda tendrás que decantarte por el programa deportivo S, que estira más las marchas y nunca deja caer el régimen por debajo de las 2.000 vueltas. Asimismo, dispones de levas para cambiar a tu gusto. 

En materia de chasis, el Audi RS Q3 Sportback dispone de varios aliados para el conductor. El primero es la tracción total quattro mediante embrague multidisco. No es tan evolucionada como la del nuevo RS 3 Sportback, pues carece de un diferencial deportivo para distribuir la fuerza entre las ruedas posteriores, pero garantiza una excelente motricidad en las condiciones más difíciles. 

Los otros dos ingredientes fundamentales para bordarlo en el apartado dinámico son la dirección progresiva de desmultiplicación variable, fantástica para las curvas más cerradas, y la suspensión adaptativa damper control (1.340 euros), con amortiguadores con regulación electrónica.

Esta suspensión presenta los programas Confortable, Equilibrado y Deportivo. Como comenté en la prueba del RS Q3, “el más firme transmite al interior las irregularidades del asfalto y es el modo especialmente indicado para un circuito de velocidad, pero no resulta tortuoso, sobre todo en firmes en buen estado y para aquellos que son conscientes de que están en un vehículo deportivo. Otra cosa es lo que te puedan decir los acompañantes…”.

Como puedes suponer, el Audi RS Q3 Sportback 2022 pone en juego tus puntos del carné de conducir a la mínima insinuación sobre el acelerador. Es más, donde tú ves un adelantamiento casi imposible, el coche te demuestra que puede realizarlo de forma holgada.

A la hora de sumar kilómetros, ofrece un confort más que suficiente si eliges el programa adecuado y las curvas no tienen secretos para él. Por tacto y eficacia, es cierto que no llega al nivel de un rabioso compacto deportivo, pues este ‘angelito’ pesa 1.700 kilos, pero puedes ir rápido, muy rápido, y con la sensación de control total, por un trazado técnico que requiera precisión y agilidad.

Como decíamos antes, la buena motricidad acompaña a la hora de salir de curvas lentas como un tiro y la dirección permite clavar las trazadas una tras otra, así que probablemente, en más de una ocasión, vas a elegir alguna que otra secundaria en tus viajes… si la familia te da el visto bueno. 

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Por dar un dato de consumo, si sigues el ritmo de la circulación y tienes activado el programa efficiency, puedes reproducir el gasto medio oficial del vehículo, 9,6 litros cada 100 kilómetros. A partir de ahí, la cifra sube todo lo que estés dispuesto a exprimir el coche. 

Toda esta catarata de sensaciones tiene un precio, 78.830 euros sin incluir los extras mencionados (hay otros más, por supuesto). ¿Rivales? El Mercedes-AMG GLA 45 S 4MATIC+, con 421 CV, cuesta 88.083 euros, mientras que el BMW X2 M35i, con ‘tan solo’ 306 CV, se queda en 59.855 euros. La cosa está caliente…

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