Renault 5 GTL (1983): el utilitario francés construido en España

Aunque el Renault 5 E-TECH todavía no ha podido establecerse en el 'top 10' de los modelos eléctricos europeos más vendidos en el primer semestre de 2025, cada vez es más común en las carreteras. En realidad, parte de su éxito se basa en tocar la fibra de un modelo que vio la luz en 1972. Un auténtico superventas de su época, como el Renault 5 GTL de 1983.
Galería: Renault 5 GTL (1983)








Las primeras ideas para crear el Renault 5 empezaron a tomar forma ya en 1967 en forma de encuestas a los clientes. Posteriormente, el joven diseñador Michel Boué confeccionó la carrocería que ya incluía un faldón delantero y trasero de plástico resistente, para no sufrir ningún daño en la jungla de aparcamientos de las ciudades francesas. El R5 fue uno de los primeros coches en llevarlos.
Una carrocería autoportante, suspensión independiente con dobles trapecios delante y brazos oscilantes detrás, además de un juego de llantas de 13 pulgadas y un sencillo pero inteligente uso del espacio. En una longitud de 3,52 metros, el Renault 5 podía albergar hasta cinco personas y un equipaje de entre 215 y 900 litros. Por hacer una comparación actual, sería casi comparable al Toyota Aygo X Cross o al Kia Picanto, sólo que éstos son 20 centímetros más largos.
Datos | Renault 5 GTL (1983) |
Motor | 1.289 cc, gasolina |
Potencia | 33 kW (45 CV) a 4.400 rpm |
Par | 82 Nm a 2.000 rpm |
Velocidad máxima | 137 km/h |
Peso | 750 kg |
En 1972 se lanzó el Renault 5 con tres puertas y un motor de 0,8 litros y 26 kW (34 CV), además de una mecánica de 1,0 litros procedente del Renault 8 con 32 kW (44 CV). Los bajos costes de mantenimiento, un elevado factor de utilización y unas dimensiones compactas contribuyeron a ello. Pero hacía falta más que eso para poner en la carretera más de nueve millones de unidades en dos generaciones entre 1972 y 1994.
Un aspecto simpático
Desde el principio, el utilitario francés se percibió como moderno y fresco. Por supuesto, la gente todavía estaba acostumbrada a siluetas más redondeadas en el segmento de los coches pequeños. La forma del R5, en cambio, era funcional y sobria. Era como si el diseñador Boué hubiera imaginado unas cuantas personas, una maleta y un motor y se hubiera limitado a trazar la línea más obvia a su alrededor.
El R5 no desperdiciaba espacio, pero daba margen a la creatividad. Y puso una cara tan amable en su frontal que todos los corazones se derritieron de inmediato. Bastaba con mirar a los 'ojos' del Renault 5 GTL de 1983.



Esos faros cuadrados y muy abiertos en combinación con las líneas rectas de la parrilla crearon un aspecto familiar, especialmente en combinación con el verde brillante suave que cubría su carrocería (como el vehículo que estás viendo en imágenes).
Los laterales de los R5 tenían un revestimiento de plástico adicional que permitía eliminar cualquier contacto al abrir las puertas en un aparcamiento, por ejemplo. Hubo que esperar hasta el verano de 1979 para ver las versiones de cinco puertas, que permitían un acceso cómodo a la parte trasera.


En la parte trasera, se utilizaban pilotos verticales y estrechos, que se posicionaban de forma maravillosamente discreta en la carrocería. Los bloques centrales para las luces de marcha atrás y la iluminación de la matrícula destacaban de forma característica.
Habitáculo bien aprovechado
En el interior, te recibían los que probablemente sean los asientos más acogedores de la historia del automóvil. Las superficies de apoyo con gruesos tapizados acogían el cuerpo mientras te hundías suavemente. Era como estar en el sofá de casa.



Pequeño por fuera, grande por dentro. Cumplía a la perfección con ese manida frase de "milagro de espacio" para describir las buenas posibilidades de aprovechamiento. En el Renault 5 las dimensiones exteriores no influían realmente en la sensación de espacio. Grandes ventanillas frontales, una buena visión de conjunto y un equipamiento esbelto. Este coche no parecía pequeño.
Además, no había detalles superfluos ni adornos. Tres pedales, un volante y un reloj: eso es todo. Había una ranura para una radio en la parte inferior del salpicadero, con una tapa presidida por el bonito rombo.
Motores con carácter
En 1974, le siguió un motor algo más potente en el LS con el propulsor de gasolina de 1,3 litros y 47 kW (64 CV) del Renault 12. A partir de 1976, este mismo motor se utilizó de forma 'estrangulada' en el GTL. En los años 70, la crisis del petróleo obligó a replantearse las cosas, ya que el ahorro de carburante estaba a la orden del día y de ahí que la escalada de potencia de los motores se congelara momentáneamente.


Ofrecía un par motor de más de 71 Nm a partir de 1.600 rpm (82 Nm máximo a 2.000 rpm). Una desmultiplicación adaptada y una caja de cambios manual de cinco velocidades permitían circular a bajo régimen. ¿El consumo de combustible estándar? Alrededor de 5,9 litros cada 100 kilómetros, lo que situaba al Renault 5 GTL por delante de compactos actuales como el Mazda3.

